martes, 16 de marzo de 2010

la leyenda de manco capac y mama ocllo


Trata de que Manco Capac y Mama ocllo, pareja de esposos, hijos del dios sol nacen de las espumas del lago Titicaca, con la misión de fundar la capital del futuro imperio en un lugar fértil, este lugar quedaría donde se hundiría el báculo sagrado de Manco Cápac, cosa que sucedió en el valle del río huatanay, en Cusco.
Sin embargo, al carecer de una tradición oral, a no ser de aquella que se inició con la publicación de Comentarios reales de los incas, obra del Inca Garcilaso de la Vega, la autenticidad de esta leyenda como leyenda inca se pone en duda. Algunos afirman inclusive que Garcilaso fue el autor intelectual de esta leyenda cerca del año 1609.

La primera etnia inca en Cusco no era nada más que una caravana de inmigrantes llegados del reino altiplánico Tiahuanaco.
Este estado de habla puquina fue invadido y asaltado por enormes oleadas militares procedentes del sur, lo que actualmente es Tucumán al norte de Argentina y Coquimbo, al norte de Chile. Dichos invasores serían la etnia conocida como los aimaras.
No se sabe con exactitud que motivó a los aimaras a buscar mejores tierras al norte y desplazar a los tiahuanaco, probablemente fueron cambios climáticos, o quizá la invasión de otros pueblos.
Cualquiera que sea la causa, los aimaras atacaron repentina y contundentemente logrando ganar todo el territorio del Collao para ellos, mientras tanto los Taipicala o tiahuanacos se vieron obligados a emigrar por el norte. Hay evidencias arqueológicas descubiertas por Francis de Castelnau en 1845 y confirmadas por Max Uhle de que Tiahuanaco fue atacado cuando esta estaba poblada, pues se hallaron construcciones sin completar, como se aprecia en la imagen de arriba.

leyenda de los hermanos ayar


Cuenta que existia 4 hermanos ayar que salieron con cuatro parejas de hermanos y sus tribus: Ayar Cachi y Mama Huaco, Ayar Uchu y Mama Ipacura o Cura, Ayar Auca y Mama Raua y Ayar Manco y Mama Ocllo. A la espalda del cerro Huanacaure (a legua y media del Cusco), sembraron papa; desde la cumbre del Huanacaure, Ayar Cachi con su honda, disparó una piedra contra un cerro y lo convirtió en quebrada, después hizo lo mismo con tres cerros más, completando los 4 puntos cardinales. Sus hermanos vieron su fuerza y desconfiando de él “lo enviaron a traer objetos de oro de Pacaritambo y lo encerraron”. Luego de deshacerse de Ayar Cachi, vivieron un año en Huanacaure. Mama Huaco, pasó a ser otra “esposa de Ayar Manco”. Luego del año, convinieron en que el sitio no les convenía y pasaron a media legua más hacia el Cusco, en otra quebrada en donde permanecieron otro año, desde el cerro denominado Matagua, miraban el valle del Cusco y a los pobladores y súbditos de Alcaviza. Como les parecía un buen sitio, acordaron conquistarlo y poblarlo. Acordaron además, que uno de ellos tenía que quedarse en Huanacaure, convertirse en ídolo, para interceder ante el “sol, su padre, para que los guardase y aumentase y diere hijos, y los enviase buenos temporales”. “Ayar Uchu mostró alas grandes” y se ofreció. Regresaron al cerro Huanacaure y Ayar Uchu voló. “Luego de estar en los cielos, regresó Ayar Uchu y le dijo a Ayar Manco, que se renombrase Manco Cápac, porque así lo mandaba el Sol y que fuera al lugar que habían visto que los pobladores los recibirían bien y que poblase allí; que le daba a su mujer Mama Cura para que le sirviese y que llevase consigo a Ayar Auca”. Dicho esto, Ayar Uchu “tornóse en piedra con alas”.
Manco Cápac, Ayar Auca y las cuatro mujeres y sus ayllus, fueron al Cusco a ver a Alcaviza. Antes de entrar a sus tierras, en un poblado cercano llamado Acamama, Mama Huaco golpeó a un indio con “un haybinto (boleadora) y matóle y abrióle de pronto y sacóle los bofes y el corazón, y a la vista de los demás del pueblo hinchó los bofes soplándoles…”. Los indios temerosos, huyeron al valle de los Guallas. De ahí pasaron al Cusco, en donde hablaron con Alcaviza, quien los aceptó.
Hicieron su casa, en donde “está ubicado el convento de Santo Domingo”, para “los dos y las cuatro mujeres”. Con semillas que “trajeron de Pacaritambo”, se dedicaron a sembrar maíz. A los dos años, murió Ayar Auca, quien no tuvo hijos.
Manco Cápac y Mama Ocllo, tuvieron un solo hijo Sinchi Ruq'a. Cuando este príncipe tenía 15 o 16 años, murió Manco Cápac. Cinco años más tarde, murió Alcaviza. Cuando Sinchi Roca tenía 20 años, se casó con Mama Coca, “hija de un cacique Señor de un pueblo questá una legua del Cusco, que llama Zañu, en la cual señora hubo Sinchi Roca un hijo llamado Lloque Yupanqui”